Dia 12: De vuelta a Softex
Diario de a bordo. Dia 12
Sábado 25 de junio
El final se acerca y eso nos entristece.
Por la mañana, al despertar, la rutina de siempre. Nos vamos levantando poco a poco y desayunando, momento que aprovechamos para hacer los planes del día. A primera hora nos acercamos al Park Hotel a echar una mano en la preparación de las bolsas de comida que luego llevaremos al campo. Este momento es bonito. La sala de trabajo es el cajón de carga de un camión en la que hay tres mesas aljneadas de acero inoxidable. Hacemos dos filas, una delante de otra y trabajamos en cadena. Se oyen varios idiomas, inglés, español y de vez en cuando alguna andaluza intentando hablar en catalán.
No sólo preparamos las bolsas, también hay que cargar y descargar camiones, limpiar y recoger una vez que terminamos y distribuir las cajas de comida en las distintas furgonetas que las llevarán a varios campos.
Parece ser que nuestra visita acelera el proceso pues terminamos antes de la hora habitual y cuando paramos nos sentamos a comer lo que nos preparan a todxs lxs voluntarixs que por ahí estamos. Quedan aproximadamente dos horas y media antes de partir al campamento y aunque esta parada nos aploma un poco, aprovechamos el tiempo para hacer varias cosas.
- Por un lado, hablar con Robbie y hacerle la donación de 3.000 € que acordamos en días anteriores. (Debes saber que Robbie y su equipo preparan a diario bolsas de comida para unas 1.600 familias y que el coste de cada día es de unos 800 €). Donación que, imagínate, recibe con emoción y con mucho agradecimietno.
- Dar las mochilas, boligrafos, lápices de colores y libretas que llevamos al grupo de profesoras de la escuela que hay en Nea Kavala.
- Grabar parte del vídeo que estamos realizando contando nuestra primera vez en el campamento de Softex.
- Y hacer una de las cosas que más nos gustan, entretener a lxs niñxs que por ahí andan con juegos, globos y maquillando sus hermosas caras. ¡Disfrutamos tanto con sus sonrisas!
Por fin llegan las seis de la tarde y partimos en caravana hacia Softex, unos cuarenta minutos de viaje donde nos ponemos de acuerdo en quién actuará y quién repartirá comida.
Esta vez el recibimiento de los militares es cuanto menos surrealista. No ponen impedimentos con la gente que vamos a repartir, pero sí con la que vamos a actuar.. No tenemos permiso para hacerlo, mensaje que nos dicen tanto con palabras como con sus expresiones corporales. Militares altos, serios y muy muy duros ellos.
Pero de repente, suponemos que cuando consideran suficiente su demostración de autoridad, sonríen, nos permiten entrar y vitorean a España y a su gente. Lo que hemos dicho, surrealista.
En esta ocasión el bolo es en otro lugar. Te recuerdo que en Softex hay tres zonas diferenciadas por lugar de origen, límItes invisibles que sólo lxs niñxs cruzan sin problemas ni juicios. Como siempre ver sus risas y oir sus carcajadas nos llenan el alma.
Los militares nos aconsejan ir con cuidado durante el reparto, dicen que el ambiente hoy es peligroso y que debemos ser rápidas y cautas, consejo que vemos innecesario pues para nada sentimos dicha hostilidad.
A pesar de su intento de amedrentarnos, el reparto de hoy es más tranquilo por dos motivos. El primero es por conocer el sitio y saber el escenario, algo que hace que estemos más calmadas. El segundo porque hay muchas tiendas vacías, familias enteras que según nos cuenta la gente del campo, se han ido a buscar un campamento mejor. En caso de no encontrarlo volverán a Softex, realmente sus alternativas son horribles.
Termina la jornada y volvemos al camping, muy cansadas pero emocinadas, sentimientos y sensaciones que compartimos en la Ballena Azul.
Un día más con ellxs, vivencias que nos acompañarán siempre y por las que estaremos eternamente agradecidas.
Ningua persona merece ésto.
La Leito.