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Dia 10: Sensaciones

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Diario de a bordo. Día 10
23 de Junio. Entrada resumen

La luz abre mis ojos al despertar sonoro del canto de los pájaros, que llena de vida el silencio de la mañana. Los sonidos recorren mi cuerpo, enredándose con las imágenes de las vivencias de la realidad en los campos para personas refugiadas visitados a lo largo de estos días: las naves industriales saturadas de tiendas sin apenas espacio entre ellas, el brillo de las miradas, las sonrisas, la ilusión y el coraje en la búsqueda de condiciones para una vida digna. Ingenua soy.

20160623_151014Durante el desayuno intercambios de impresiones, toma de decisiones, organización de la jornada. Un poco de logística hasta la salida a Tesalónica para reunirnos con Dimitri en la sede de la asociación Oikopolis, con cuyo proyecto intentan sacar a personas refugiadas de los campamentos, buscándoles un piso en alquiler. La forma en la que se realiza este proceso es distinto en función del acceso o no a documentación que les permita asilo, así como de la situación de vulnerabilidad de las familias. También trabajan en las gestiones necesarias para que estas personas puedan tener acceso a asistencia sanitaria. Nos parece un proyecto muy bonito y completo, y decidimos apoyarlo con una parte de nuestra recaudación, así como implicarnos directamente en el proceso con una familia para que pueda salir del campamento. Además Oikopolis recoge material de donaciones, en un almacén que visitamos, al cual las familias pueden dirigirse los lunes a recoger lo que necesiten. Nos marchamos con el compromiso de volver mañana a entregarles los carritos de bebé y el material sanitario que hemos traído.

DSC05035Acto seguido enganchamos con la siguiente actividad del día: 15.30h. Nos encontramos con una persona responsable de la ONG griega Antigone, cuya sede se encuentra una planta más arriba de la de Oikopolis, en el mismo edificio, y nos dirigimos al campamento de Diavata almorzando un bocadillo en la furgo por el camino. En este campamento hay aproximadamente unas 2000 personas ahora. Tengo una sensación poco agradable cuando la ballena azul aparca ante la valla del campo y bajamos. Una pequeña lavadora en mi plexo solar, a la altura de la boca del estómago. Hacemos un primer contacto en la entrada, vemos el lugar para el pasacalles y el espectáculo, y saludamos a algunas personas. Durante el pasacalles algunos chicos adolescentes llenan botellas de agua para echárnosla. Hay cierta incomodidad. Por otro lado, niñas y niños nos acompañan cogiéndonos de las manos, riendo, saltando, jugando. A punto de comenzar el espectáculo, espectación y nervios. Las niñas y niños se quieren sentar lo más cerca posible para verlo y el espacio se nos queda bastante reducido. Aún así, la magia, una vez más, atrapa los corazones, se respira en el aire, se transmite en la mirada. El juego, las risas y el afecto, transmutan la indignación.

Nos hemos encontrado hoy con alguna incomodidad, salimos con una sensación extraña, como de desorden, por la diversidad de sentimientos que se mueven en tan corto espacio de tiempo. Aunque nada comparado con el agradecimiento que sentimos. Grabar un pequeño video, aún con la indumentaria del espectáculo, en apoyo a un amigo que no está pasando un buen momento y enviárselo, relaja el ambiente.

Comienza el viaje de vuelta a nuestro campamento base, el camping de Epanomi. Cansancio, risas, hambre. Afortunada por compartir esta experiencia con todas las personas que creen necesario visibilizar y denunciar esta situación incoherente y absurda con el sentido de la vida que merece la pena ser vivida. Con todas aquelas que no queremos seguir manteniendo el patriarcado capitalista que pone a su servicio la vida.

Ninguna persona merece esto.

Silvia

 

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