Dia 7, condiciones en los campos
Diario de a bordo. Día 7.
20 de junio. Entrada resumen.
Hoy hemos sentido directamente una de las caras más oscuras y ocultas de Europa y EE.UU., junto con las grandes ONGs como ACNUR Y CRUZ ROJA.
Viajamos hora y media para llegar a Polikastro. Unos kilómetros antes hacemos una parada en Eko Station, donde vivían hasta hace unos días personas refugiadas. A pesar de haberse organizado ellas mismas tenían unas condiciones mucho más dignas y adecuadas que las que existen en los campos militarizados donde los han llevado, que además lxs priva de libertad. Desolador ver cómo quedan los campos después de un violento y frenético desalojo al que se ven sometidas las personas que allí acampaban.
Continuamos y por fin llegamos al Park Hotel, lugar en el que se reúnen cada día un grupo de voluntarixs organizadxs por personas independientes de ongs y asociaciones, para preparar bolsas de comida con verdura fresca y fruta para entregar a las familias que están en Ramadán. Si no fuera por estas personas no les llegarían. Pasamos parte del día con ellas preparando estas bolsas en un ambiente muy agradable, ambiente que se genera por saber lo importante que será para estas personas recibir alimentos con los que celebran el Ramadán. Deseosxs de que llegara la tarde para partir al campamento de Softex.
De nuevo necesitamos permiso de militares y policía que están en la puerta del campamento para poder entrar. Gracias al grupo de personas voluntarias que hacen el reparto de comida y Petros, nuestro contacto voluntario independiente, entramos al campo, siempre con la sensación de estar mendigando una oportuidad para poder acceder y compartir con ellxs un momento de alegría. Los permisos para entrar están monopolizados por las grandes ONGs que son cómplices de los gobiernos y que intentan invisibilizar y silenciar todo lo posible la cruda y terrible realidad que sufren estas personas.
Decidimos hacer dos equipos, seis siguen con el pasacalles y espectáculo y cuatro personas participamos en el reparto de comida, para así ser testigos directos de las condiciones tan terribles de salubridad, hacinamiento, estrés, inactividad y hostilidad que sufren diariamente las personas que ahí viven, además de un sofocante calor húmedo por el día y una insoportable marea de mosquitos que no cesan de picar. El equipo del espectáculo pudimos sentir y ver en sus caras de nuevo como lxs niñxs y personas adultas se alegran, divierten y comparten un cariño muy especial. Sin escuela y sin posibilidad de tenerla, sin juguetes y un campamento lleno de gravilla 24 horas allí, podéis imaginar….. Cuando nos ven aparecer vestidxs de payasxs se produce una algarabía y un alboroto en forma de niñxs que nos rodean, nos invaden y nos acompañan en el pasacalles hasta que llegamos al lugar donde hacemos el espectáculo. Continuamos jugando con ellxs hasta que llegan las compañeras que han estado repartiendo la comida y en sus caras nos muestran el horror que acaban de presenciar y vivir.
Como describimos anteriormente hoy no sólo hemos repartido Sonrisas, también hemos repartido fruta y verdura fresca para la cena después de un largo día de Ramadán ya que el gobierno sólo da comida de catering, que la mayoría de los días no es apropiada a su dieta.
La «suculenta» dieta que el gobierno destina a personas refugidas
Muy bien organizado el reparto por grupos de tres personas vamos repartiendo por hileras de tiendas que están identificadas con letras y números. Cada bolsa lleva un limón, tres pepinos, cuatro tomates, una fruta, dátiles y pan de pita, una bolsa por tienda, donde a veces hay más de una familia de las cuales como mínimo son seis miembros pero que sin esta ayuda no tenrían ni ésto. Todo ésto está generado por donaciones partculares.
Cuando entras a repartir ves una realidad inhumana y vejatoria. Están hacinados entre basura, moscas, ropa vieja y fuegos peligrosos para cocinar y mucha, mucha miseria. Sin embargo las personas refugiadas te dan las gracias con mucha amabilidad y una cariñosa sonrisa. El campamento está detrás de una refineria y un canal lo atraviesa con aguas putrefactas, residuales y contaminadas de las cuales lxs niñxs y madres cogen agua para los baños. El campamento lo han dividido los militares por nacionalidades: afagna, siria, iraquí y kurda y se han convertido en guetos, lo cual hace que se haga muy peligroso para las personas más vulnerables como niñxs y mujeres. Hay tiendas al aire libre donde pasan muchísimo calor, con un sol sofocante, pero lo más impactante es un pabellón cerrado, sin ventilación donde viven con luces de neón, entre ratas, serpientes y basura, con un insoportable olor que se mastica desde lejos.
Al término del reparto nos despedimos de lxs comapñerxs que llevan este proyecto a cabo para reencontrarnos con nuestro equipo. Llegamos a la furgo, nos saludamos y la excitación y alegría de las payasas y payasos se rinde a nuestro silencio. Hubo quien vomitó, hubo quien lloró y hubo quien enmudeció. Y así, durante un buen rato, parecía que el mundo se hubiera parado.
Si alguna vez te dan con un mazo de hierro en la cabeza quizà sientas lo que hemos sentido hoy nosotrxs en el campo de Softex.
Ninguna persona merece esto.
Raquel y Pepeciclo
Galeria 1: Condiciones en el campamento
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Galeria 2: Reparto de comida
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Galeria 3: Actuación en el campamento
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Gracias por ser tan valientes y por repartir incondicionalmente vuestros esfuerzos. Que hipocresía tan grande la de Europa y que incompetente . Prefieren cerrar los ojos que resolver . Vosotros sois los ojos de la verdad. Cuidaros mucho . Un abrazo . Sonia
Me parece verdaderamente admirable que hayáis estado allí, no sólo como testigos, sino llevando y transmitiendo alegría y sonrisas. Me da auténtica vergüenza que seamos capaces de tratar a gente que huye de la guerra de esa manera, como si no valieran nada, dejándolos amontonados como a la basura que les rodea. Gracias y mil veces gracias de haber recogido el testimonio de lo que ocurre, ya que, aunque las cosas sean difíciles de cambiar es nuestra obligación saber lo que pasa. Seguid repartiendo sonrisas!